martes, 4 de septiembre de 2012

[Nuevas Fotos] Kristen Stewart para VOGUE Magazine UK – Octubre 2012 [Adelanto de la Entrevista]



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Haciendo su reaparición en las portadas de una revista de moda después de su desliz público cuando engañó a Robert Pattinson el director Rupert Sanders, la chica de 22 años admite que lucha por mantenerse serena.
“Sé que si no has pensado sobre cómo quieres presentar ante la gente una idea muy elaborada de ti mismo, entonces puede parecer que careces de alguna ambición. Pero, ¿sinceramente? No puedo,” dijo.
Le contó a Vogue: “La gente espera que sea fácil porque estás ahí, afuera, haciendo lo que más te gusta y ganando un montón de dinero con ello. Pero, ya sabes, yo no soy así de suave. Puedo volverme un poco loca acompañada de ciertas personas.”
“Como si me fuese a sentar y decir, ‘Vale, soy realmente famosa, ¿cómo me voy a comportar en público?’ ¡No sabría como sería esa persona! Sería mucho más fácil si pudiese, pero no puedo.”
Kristen, que participa en la nueva película On The Road, también se animó a hablar sobre la Generación Beat, sobre la cual se basa la película.
“En esa época siempre habrá ese tipo de gente que quiere cosas diferentes a lo común. No es necesariamente algo rebelde, solamente es la forma en la que son. Ese mundo de entonces, me parece más liberador que cualquier cosa que pudiese alcanzar nunca y me siento completamente nostálgica ante ello, incluso cuando ni siquiera vivía por aquel entonces.”
“Es el aspecto de la lealtad de todo ello. Me encanta estar a las afueras con un grupo de gente que tiene los mismos valores que los míos. Gente que no se regodea de la fama, a la que solamente le gusta el proceso de hacer películas y prosperar.”
Puedes leer la entrevista completa en la edición de octubre de Vogue, a la venta el lunes.

Toda la información, gracias a http://www.diariotwilight.com/

Fuente2


Aquí podéis encontrar la traducción de la entrevista, gracias a http://www.diariotwilight.com



Entrevista
Empecé lo suficientemente directa. Iba a ir a LA para entrevistar a una de las mayores estrellas del mundo sobre su nueva película. A sus 21, Kristen Stewart ya había sido incluída en la lista de las actrices mejores pagadas en Hollywood hecha por la revista Forbes, una gran parte de esa riqueza fue gracias a Crepúsculo, la franquicia vampírica en la que interpreta al ídolo virgen Bella Swan. La fama emotiva por excelencia por su personaje, le dio a Stewart un interés comparado con el de Kate Middleton en términos de publicidad mediática, un interés alimentado por nuestra fascinación hacia su noviazgo fuera de pantallas con su compañero de reparto Robert Pattinson, el cual ha tentado al mundo con su historia de si están o no están juntos durante años.
En estos momentos, sin embargo, Stewart está promocionando un proyecto más pequeño e independiente: la adaptación cinematográfica de Walter Salles de la novela clásica y mayoritariamente autobiográfica de Jack Kerouac llamada On The Road. El libro ha sido su pasión [de Kristen] durante años —¡por supuesto que lo fue!— y ha insistido e insistido por conseguir el papel de la chica de 16 años llamada Marylou (el espírutu líbre inspirado en LuAnne, la mujer de Neal Cassady, la cual también disfrutó de una aventura amorosa con Kerouac). Marylou estaba a un millón de millas de distancia de la Bella Swan neurótica y torpe hasta el punto de ser dispráxica, interpretada por Stewart; el papel perfecto para escapar. Como he dicho, todo ello parecía bastante directo.

Y entonces quedamos, en un encantador y soleado día en Casita del Campo, un restaurante Mexicano triste y casi vacío, no muy lejos de la mansión de Los Feliz que compartió con Pattinson. Una tímida e intensa presencia, vestida con unos pantalones ajustados grises, parecía una pequeña muñeca mientras se deslizaba en el local. Ella escogió personalmente el lugar, a) porque ahí estábamos seguras de no ser detectadas por las “cucarachas” (su palabra para los paparazzi) esperando entre los arbustos; y b) porque, siendo una chica genial de Silver Lake, a ella le encanta la comida mexicana. ”Ni siquiera sé por qué estoy mirando el menú,” dijo suspirando mientras mojaba a medias una patata en la salsa, “de hecho ya me he comido lo que he cocinado.”

Con su reputación de rebelde (todas esas expresiones faciales y el ponerse insistentemente unas zapatillas en la alfombra roja y mucho más), casi esperaba que el encuentro fuese uno de esas luchas periodísticas, pero, de hecho, resultó ser una compañía exceñente: interesante, interesada, articulada, divertida, fácil. Ella hablaba con cuidado y precisión; una Chica Valley, seguro, con todos esos “tíos” y esos “gustos”, pero una articulada y minuciosa. Estuvo especialmente graciosa y afectiva sobre su infancia en el valle de San Francisco: cómo su madre, Jules, una guionista/artista/trabajadora hasta el punto de tener un desórden obsesivo compulsivo, que tiene un brazo entero tatuado a modo de una manga, extensiones de pelo y un perro que es medio lobo; cómo ha decorado cada rincón de la casa con uno de sus alocados murales de Alicia en el País de las Maravillas; y cómo Kristen y su hermano Cameron volvían a casa después del colegio y Jules se encontraba “arrancando de cuajo un cuarto de baño” porque estaba aburrida. Ella bromeó sobre cómo su padre, Bill, un productor con el pelo a la altura de la cintura, de repente desarrolló algo relacionado con la moda y “empezó a parecerse a Karl Lagerfeld. Él sigue pidiéndome que le consiga un bolso masculino de Balenciaga y yo le sigo diciendo, ‘¿Papá? ¡Absolutamente no!’”
Y ella empezó a aproximarse al tema de On The Road, una copia con la que decoró el salpicadero de su primer coche cuando tenía 16 años. Hablamos sobre cómo el papel era un buen comienzo después de cualquier cosa que hubiese hecho antes. Por alguna razón, hubo desnudos en abundancia. En una escena, ella, Sam Riley y Garrett Hedlund (que interpreta a Kerouac y Cassady respectivamente) hacen un trío. En otra, ella les masturba a la vez. Pero Stewart estaba dispuesta a todo ello. “Walter nos hizo sentir seguros,” dijo ella animadamente, pero algo incómoda en su deseo por expresarse claramente. “Él nos preparó totalmente para estar en posición de hacer esas cosas. Tuvimos que pensar sobre ello tanto que por esa época llegábamos al set de rodahe y la historia se abrió camino a través de nosotros. Como, si fuésemos recipientes o algo parecido. De algún modo, no puedo dar crédito por nada de eso.”

Walter Salles dijo vía email: “He conocido a Kristen en Los Angeles. Ella conocía On The Road de una manera intentsa, y comprendía el personaje mejor que cualquiera de las personas con las que me he reunido hasta el momento. LuAnne vivió décadas más atrás de su época. Ella era una mujer joven con un espíritu libre y sin perjuicios… pero probablemente fue difícil estar en su posición a finales de los años 40, principios de los 50, fue un reto constante. Kristen entendía su dualidad, el hecho de que los momentos estimulantes tenían unas consecuencias dolorosas.”
Para alguien cuya reputación es muy de “no me importa”, Stewart estuvo dispuesta a declarar cómo nunca había pensado sobre ella misma como una rebelde, en absoluto. Ella se describió a sí misma como ese tipo de niña sufría ataques de pánico sobre sus notas en el colegio, y una adulta que “siempre piensa demasiado en sus pensamientos… Una especie de, ¿cómo piensas en nada?” Eso fue proablemente, tal como conjetura ella, la razón por la que encontó tan seductora la Generación Beat. “Qué coño hago ahora, pero creo que esa es la razón por la que el libro siempre será relevante. Siempre habrá ese tipo de gente que quiere cosas diferentes a lo común. No es necesariamente algo rebelde, solamente es la forma en la que son. Ese mundo de entonces, me parece más liberador que cualquier cosa que pudiese alcanzar nunca y me siento completamente nostálgica ante ello, incluso cuando ni siquiera vivía por aquel entonces…”

“Es el aspecto de lealtad de todo ello,” dijo de la forma más discreta y seria posible. “Me encanta estar a las afueras con un grupo de gente que tiene los mismos valores que los míos. Gente que no se regodea de la fama, a la que solamente le gusta el proceso de hacer películas y prosperar en ello, y que le jodan a cualquiera que no lo haga.”

Cuando mencioné su próximo compromiso con Pattinson (como fue publicado esa semana en todos los tabloides, junto con los diseños para la tarta, el vestido y detalles de que Katy Perry iba a ser una de las damas de honor), ella simplemente encogió sus pequeños hombros con la resignación de una larga y muy usada especulación casi fantasiosa, y suspiró. “Hey, todo están completamente pirados. La historia cambia cada día. Todo eso de, ¿estoy de moda?, ¿no lo estoy? ¿Voy a salir por ahí con mi novio?, ¿no voy a salir? No hay ninguna que sea constante. Por supuesto es seductor e importante lo que la gente piense sobre ti, pero no puedes prestar atención. Pueden decir lo que quieran…”

Ellos dicen lo que quieren. Y a veces tienes que prestar atención. Un mes después, las mismas revistas que describieron su “boda” con todo detalle, publicaron fotos de ella en los brazos de otro hombre que no era Pattinson, y era Rupert Sanders, el director británico de Snow White and The Huntsman, película que protagonizaba Stewart. Sanders está casado con la modelo Liberty Ross, que interpretó a la madre biológica de Stewart en la misma película, y él es 21 años mayor que ella.
Un billón de corazones Twi-hards convulsionaron de dolor. ¿La fantasía “Rob-sten”? ¿Detrozada? Durante toda la noche, ella recibió amenazas de muerte, ridiculizada como la rompehogares más odiada de Hollywood. Empezaron los debates y la rabia sobre cuánto había durado la relación. Entonces llegó la inverosímil y melancólica disculpa de Stewart: “Estoy profundamente arrepentida por el daño y la vergüenza que he causado a aquellos cercanos a mi y a todo el mundo al que esto haya afectado. Esta indiscrección momentánea ha puesto en peligro lo más importante de mi vida, la persona a la que quiero y respeto más: Rob. Le quiero, le quiero, lo siento mucho.” La disculpa aún más melancólica de Sanders salió poco después.
¿La verdad de todo ello? Desde que ocurrió eso, he revisado una y otra vez todas mis grabaciones y notas para encontrar pistas sobre lo que podría haber pasado y he encontrado unas pocas fuentes de luz.
“Ya sabes, cuando te sube la tensión y estás emocionado tanto que puedes alcanzar tu corazón,” dijo Stewart en un momento durante la comida ese día, mientras describía su vida en general. “Esa es la razón por la que quise hacer Blancanieves. Físicamente sentí que era lo correcto.” ¿Y sobre trabajar por primera vez con el director británico Sanders? “Oh Dios mío,” dijo ella, sus ojos revolotearon hacia arriba, “simplemente quería morir [de emoción].”

Sanders fue igual de efusivo sobre ella, tomándose su tiempo para hablar conmigo mientras pasaba las vacaciones en Hawaii. “Se hizo una quemadura en la parte baja de la pelvis, bastante abajo,” dijo sobre su primera impresión de la actriz. “Tenía vendada una quemadura muy fea por ahí, en sus pantalones ajustados, con un cigarrillo Camel sujeto entre sus dientes. Esa fue mi primera visión de ella. Tiene un interior masculino. Es como esa hermosa marimacho o algo así. Lo que más me sorprendió cuando conocí a Kristen fue lo diferente que era en la vida real a su personaje de Bella Swan,” añadió él. “Era muy dura, muy madura. Era exáctamente la versión moderna y rebelde de Blancanieves que estaba buscando. Quería a esa guerrera joven, espiritual y rebelde, y ella reunía todas esas cualidades.”

“Ella y Liberty no tenían muchas escenas juntas,” dijo él, cuando le pregunté si ella y su mujer eran amigas, “así que no se llegaron a conocer tan bien. Pero definitivamente comparten similitudes. Hay un parecido que comparten. Kristen es casi como de la realeza en el sentido de que entiende lo que tiene que hacer, y de que ha aprendido a poner todo en su lugar… Bueno, Lib es bastante ‘real’ o algo parecido.”

Una guerrera de la realeza, real, y espiritual. Stewart es una guerrera, o algo parecido. Aunque una guerrera, como describió en algún momento Sanders, con el peso del mundo sobre sus hombros. Ella tiene ese fondo de rock and roll, también, ya que interpretó a la perfección su papel como Joan Jett en The Runaways. Sigo teniento una imagen en mi mente de ella apareciendo en la sesión de fotos para Vogue pidiendo vodka y después reduciéndolo con vino blanco ”porque sigue siendo aún por la mañana”.

Pero aquí está la cosa. Tener 22 años y tener asumido el llevar ese increíblemente pesado manto de la fama y lo que eso implica… ¿No podríamos dejarle tener un error humano? Quizá ella no tenga derecho a cometer errores mientras negocia su camino haca un mundo después de Crepúsculo, durante un espacio de tiempo en su vida tuvo que mantenerse alejada del colegio (tanto ella como su hermano fueron educados en casa durante la mayor parte de su infancia).
“No puedo ser un espíritu libre,” dijo ella, casi implorando cuando llegamos a un momento de nuestra primera reunión. ”No de un modo normal de cualquier manera. Ni siquiera puedo hacer la compra o caminar por un centro comercial. ¿Cómo podría? Pero, al mismo tiempo, siempre existen diferentes caminos con los que puedo explorar mi libertad. Mi país es definiticamente un lugar más pequeño comparado con la forma en la que era en On The Road, pero eso no significa que el espíritu nunca se vuelva a ir.”

La segunda y la última vez que nos reunimos, Stewart y yo nos tomamos un descanso para fumar un cigarrillo en las escaleras del Hotel Particulier en Montmartre, donde se organizaba una cena en su honor y en el de Nicolas Gherquière. Fue más o menos una semana después de nuestro primer encuentro y ella estaba tan emigable y habladora como nunca. Como la imagen de la nueva frangancia de Balenciaga, Florabotanica, Stewart se dejó ver bastante vestida con un vestido con corset de color azul cielo sacado de la última colección [de Balenciaga] y con unas botines altos. Mucho antes, Ghesquière me dijo cómo adoraba su habilidad [la de Kristen] para derribar la tradicción de las alfombras rojas; le encantaba ese modo en el que ella era un símbolo de “joven irritante” y lo divertido que fue el que ella colaborase en probar diferentes estilos.
Stewart acababa de regresar de Sydney con Sanders y su compañero de reparto en Blancanieves, Chris Hemsworth, debido a la última parte del tour de promoción de la película. Ella parecía un poco cansada (esas pequeñas bolsas bajo sus ojos estaban un poco más pronunciadas, y parecía casi un poco consternada por toda su vestimenta), pero — con ese cigarrillo colocado bajo sus espalda, como si estuviese detrás de una caseta, y con una bebida en la mano — ella estaba en plena forma. Volviendo a recordar, quizá bastante peligrosamente.
“Dios mío, estoy tan enamorada de mi novio,” dijo de repente confiada, apretando sus puños y poniendo rígido ese pequeño cuerpo con anticipación. “Desearía que estuviese aquí ahora. Creo que quiero tener hijos con él.”

¿Escuché bien? ¿No era su “novio” la persona de la que nunca hablaba? ¿A nadie? Y aun así, ahí estábamos. “Dios, le echo de menos,” dijo ella, apartándose el pelo para atrás y exhalando un poco de humo. “Me encanta su olor. Y a él el mío. Como por ejemplo, a él le encanta lamerme las axilas. No comprendo esta obsesión de hacer que desaparezca el olor. Ese olor de alguien a quien amas. ¿No crées que esa es la cuestión?”

Echando la vista atrás, el intercambio de palabras sigue pareciendo surreal. Tuvo lugar justo tres semanas antes de esas fotos incriminatorias fuesen tomadas. ¿Estaba hablando siquiera de Pattinson? ¿Me tenía en cuenta a mi? ¿Quién sabe?
Volví a pensar en algo que dijo antes en ese restaurante sobre querer ser su propia persona, y no tener que conformarse con las espectativas.
“Um, ¿cómo digo esto perfectamente?” dijo ella, concentrándose tanto en ello que empezó a mover sus rodillas. “Mira. Sé que si no has pensado sobre cómo quieres presentar ante la gente una idea muy elaborada de ti mismo, entonces puede parecer que careces de alguna ambición. Pero, tío, ¿sinceramente? No puedo. La gente espera que sea fácil porque estás ahí, afuera, haciendo lo que más te gusta y ganando un montón de dinero con ello. Pero, ya sabes, yo no soy así de suave. Puedo volverme un poco loca acompañada de ciertas personas. Como si me fuese a sentar y decir, ‘Vale, soy realmente famosa, ¿cómo me voy a comportar en público?‘ ¡No sabría como sería esa persona! Sería mucho más fácil si pudiese, pero no puedo.”

En lo que se refiere a la prensa, la historia sigue cambiando, y las expectativas de la gente cambian cada día. La premiere de Amanecer (la última entrega de la saga Crepúsculo) y su correspondientes paseos por la alfombra roja siguen siendo lejanos. Se ha dicho que Pattinson se ha mudado de la casa en Los Feliz, en medio de una historia fabulosamente consternante de la prensa rosa que trata sobre la custodia del perro de la pareja, Bear. Sanders, del que se espera que haga una próxima película de Blancanieves con Stewart, aún no ha confirmado sus planes. No se ha quitado su anillo de matrimonio.
Trabajando con sabiduría, Stewart se ha ganado el papel de Peyton Loftis —en la película Lie Down in Darkness, de la novela de Willian Styron de 1951— el mismo papel que se supuso, erróneamente, que también quería Jennifer Lawrence. Después está Cali, en la que figurará en los créditos por primera vez como productora. Profesionalmente hablando, un cínico quizá se pregunte, ¿podrá su actual alboroto funcionar a su favor?
De nuevo ¿quién sabe? Una cosa, sin embargo, es que Stewart no me ha parecido una mala persona. Para nada. Solamente una mujer joven, atractiva e inteligente intentando hacerse paso a través de la mierda. Así que, ¿aflojad un poco más la cuerda, vale?
On the Road se estrena el 13 de octubre.

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