Lentamente, Jem volvió a poner el violín de vuelta a su caja, y dejó el arco a su lado. Solo entonces se giró hacia Tessa. Su expresión era tímida, aunque su camisa blanca estaba llena de sudor y el pulso en su cuello palpilando.
"¿Te gusta?" dijo él. "No soy bueno con las palabras, así que escribí cómo me siento respecto a ti con música."
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